Mujer y amiga mía.

Mujer, no sé si me transformo o me parece,
que el mundo cambia junto a mí; no sé;
no soy quien fui, ni el que ahora seré,
solo tengo la amistad, y tal vez tu fe.

He deslizado fuera mi presencia furtiva,
porque lo que pasa hoy solo me deprime
soy un hombre que por ser abuelo no gime
y que estando tú, ya no voy a la deriva.

Yo también te comprendo mi fiel guardiana,
ver cambiar la luz y enrarecerse el aire del paisaje
por eso mi tren quiere abortar este viaje.

No reducen fatigas ni sudor mis energías,
porque sé que en vigor tu cuidado se traduce
cuando entre tus brazos está el alma mía.

Jesús Quintana Aguilarte.

"Las opciones de la vida".

Con la mano tendida para estrechar tu mano
caminando a tu paso, con descuido y temor,
poniendo cuerpo y alma a este calor humano
que nos diera la vida para hacer el amor.

Entreguémonos querida en bello ofrecimiento,
que no puedo jugar, aunque jugar quisiera,
quebrando las normas, alerta el pensamiento,
para hacernos el amor aunque el mundo no quiera.

La vida es una rueda que ofrece dos opciones,
la del amor entero, o vivir de fragmentos,
llenos de tristes recuerdos somnolientos,
o con el alma llena de hermosas ilusiones.

El amor es el sueño de los hombres despiertos,
y yo te he amado tanto que casi eres mía,
y espero y desespero por ver llegar el día,
en que tú te abandones en mis brazos abiertos.

Jesús Quintana Aguilarte

"Entonces platiquemos del Amor".

Las palabras del amor no están dormidas,
se adhieren a tu alma con firmeza;
si estas triste, melancólicamente lloran,
y, si alegre, sonríen con viveza.

Claro que sé que el amor duerme en tu silla,
todo ese calor del mundo abrazado a tus rodillas
palabras que nos aguardan y jamás nos ignoran
saberlo junto a tu vida brillando todos los dias.

Tú quieres vivir con él y enamorarlo a tu antojo
llamarle amor, y que al despejarse el día
lo halles a tu lado feliz y enamorado
recordando tu nombre y llenarte de alegría.

Sé que tu idioma es el silencio y la poesía.
y para disfrutarlos nunca has tenido prisa
que amas el calor de un beso y una bella sonrisa,
la sinceridad, la paz y las experiencias vividas.

Yo nunca podré tratarte como una amiga
tras haberte tenido como amante.
tampoco he de pensarte como mi enemiga.
debo dejarlo todo atrás, e ir hacia adelante.

Te gusta hablar del amor que latente en mí vivías
horas, años o siglos, sin tú ni yo saberlo;
pero estaban escritas arcanas profecías
de que un día como éste podríamos perderlo.

Y es inútil que intentes dejar pasar los días
procurando olvidarlo, o no reconocerlo.
se nos ha prefijado un destino inevitable,
que hables de amor a mi lado sin sentirnos culpables.

Jesús Quintana Aguilarte.