jueves, 21 de marzo de 2019

Que pasa mi vida. Poema con contenido alegre.

Que pasa mi vida.
La poesía tiene sus bellos momentos,
y en este jardín de rosas a veces prefiero
lanzar a las damas un alegre te quiero
pero sin faltar a nuestro juramento.
Versando y soñando entran en mi entorno,
las más bellas damas, los amigos fuertes,
y yo con mis versos este jardín adorno
esperando que tu amor un día me libere.
No importa amor mío si matarme piensas,
quebrar mi cabeza por ser coquetón
si vienes a mí y quiebras mis defensas
veras que contigo soy pura pasión.
A Lucrecia y a Carmita me las dejas quietas,
y percibirás su amor y su fragancia
son dos almas buenas piadosas y coquetas
y saben que te quiero pero sin arrogancia.
Y tú, nunca más gentil, fiel y seductora,
si quieres hervirme con todo ese alborozo
tendrás que buscar la lava del monte de Basora
e inundar la zona entre la euforia y el sollozo.
Jesús Quintana Aguilarte.

Quiero ser dueño de tus cosas.

Quiero ser dueño de tus cosas.
Yo quiero ser la calma que rodea tus cosas,
el perfume, la mies que decora tu pecho,
y quisiera también convertirme en el lecho
que acomoda febril tus noches silenciosas.
Quisiera ser la Luna que tu sombra sortea,
ser el triste peregrino que tus besos implora
el zorzal bullicioso que en tu jardín chapotea
y bañarme en la fuente de tus aguas tan puras.
Quisiera ser la mano que acompaña tu paseo,
confundir nuestros pasos al llegar a la orilla
rehacer nuestras marcas que las lluvias borraron.
Ser pirata en un barco que en tus playas fondeo,
y combatir con todos por conquistar tu villa
eso y que me ames es todo lo que deseo.
Jesús Quintana Aguilarte.

¿Qué pensarías?
¿Y si te doy todo mi amor qué pensarías?
que se pueda amar en infinitos modos
pensarte de noche, al amanecer, a cada día,
con certidumbre, euforia, en fin, con todo.
Que te amara como tú me estas amando,
sin esperar por ello obtener recompensa,
no son obsequios los que nos vamos dando
son caricias y besos y pasiones intensas.
Siempre, aunque no lo sepas te insinúas,
te introduces en mi alma como una daga
en lo más profundo de mí tú te sitúas
y al convertirme en ti de mi no queda nada.
Por eso no me dejes dormir ya que perdería,
tu bella presencia, y si me encuentro dormido,
es posible que en mi sueño tú seas mía
y si me despertara de seguro te habrás ido.
Soy un cuerpo desnudo que intenta vestirse,
dos brazos anhelantes en intento de abrirse.
Jesús Quintana Aguilarte.