miércoles, 23 de junio de 2021

Yo se lo di todo y ella no me dejó nada. Poema Libre.

Yo se lo di todo y ella no me dejó nada.

Vino, me besó y se fue, sin dejar huella
ni en mi piel ni en mis labios su retozo;
fue una sonrisa nada más, un nuevo gozo,
una caricia, un aliento sin más nombre que ‘ella’.

Entre ambos solo fue superficial el contacto,
fuimos efímeros tu y yo, solo eso fuimos;
ella fue un préstamo, algo que nos dimos...
por eso es imposible que se repita el acto.

Ella fue un alto en el camino, y una oferta
un disfrute para el desconocido viajero;
un alma y cuerpo buscando ser descubierta,
como flor sin maceta buscando un jardinero.

Y yo pasé y la emoción me hizo verla despierta;
sino era yo, otro sería; por eso me mostré sincero
con la mano inquieta, la sonrisa limpia y la palabra tersa,
y el alma ingenua, sin notar en ella la sonrisa perversa.

Y un día ella partió con frialdad, sin dar razones,
como quien lleva a cabo un remate de empresa;
como agente vulgar, un vendedor que le interesa
más el contrato que el amor y las ilusiones.

Para un convenio con ella nunca encontré el modo,
se marchó una mañana dejando mi alma arrasada
yo le entregué mi vida, mi corazón, le di todo,
y con su perversa sonrisa ella me dejó sin nada.

Jesús Quintana Aguilarte.

“Yo borraré tu inocencia”. Poema libre.

“Yo borraré tu inocencia”.

Una mujer que ignora su desnudes vibrante
va siempre más allá de lo que le han pedido
le gusta probar lo extraño y lo prohibido
y se muestra ante el amor segura y desafiante.

Es de todo hombre el tormento idealizado
sueño del paraíso, una oferta tentadora,
dulce sensaciones con una voz seductora
un continente perdido, pocas veces conquistado.

Provocativa e ingenua, con el alma sosegada
desnudándose a medias de una manera fugaz
es en el cielo la estrella en una noche rasgada
y que protege sus gracias solo a base de un quizás.

Yo frenaré mis impulsos, limitando todo exceso
con un tanto de intriga y otro tanto de indolencia
luego desnuda en mis brazos toda cubierta de besos
te quitare dulcemente todo rasgo de inocencia.

Jesús Quintana Aguilarte