Amores y temblores.
Con nuestro amor sonámbulo o dormido,
vamos al encuentro de caricias mudas,
subyugado mi sentir por tus sentidos,
y en torno al lecho del placer te anudas.
vamos al encuentro de caricias mudas,
subyugado mi sentir por tus sentidos,
y en torno al lecho del placer te anudas.
Y al besarte veras que bien se agitan
mis diminutos dedos sobre tu vientre;
mil susurros eróticos que te invitan
a que en tu oscura intimidad me adentre.
mis diminutos dedos sobre tu vientre;
mil susurros eróticos que te invitan
a que en tu oscura intimidad me adentre.
Mil temblores de tus muslos que me gritan,
exigiendo que me alce y me descentre
y tu me besas como loca repitiendo el grito,
y yo mi cuerpo ya en tu cuerpo profundizo.
exigiendo que me alce y me descentre
y tu me besas como loca repitiendo el grito,
y yo mi cuerpo ya en tu cuerpo profundizo.
Como profundiza en la cuenca de tu oído
mi voz sedosa al par que te desnudas,
y se desatan los claros y dulces manantiales,
que van floreciendo en tu piel rosas carnales.
mi voz sedosa al par que te desnudas,
y se desatan los claros y dulces manantiales,
que van floreciendo en tu piel rosas carnales.
Se me vuelcan tus dedos, y me acosan,
no sé si me acarician o si me desgarran,
tus dedos de alondra que en mi piel se posan,
mil dedos de enredadera que me amarran.
no sé si me acarician o si me desgarran,
tus dedos de alondra que en mi piel se posan,
mil dedos de enredadera que me amarran.
Jesús Quintana Aguilarte.
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