Entre lámparas y sueños.
Reclamaré tu amor en silencio y a la
espera,
porque al saber de ti hoy me cantan
los rosales,
ya se acaba el invierno y llegará la
primavera,
y aún hay residuos de escarcha en los
cristales.
Ven acércate a mi triunfante,
orgullosa, aguerrida,
deposita en mi pecho tus besos y tu
amor vibrante,
no dejes que termine la fragilidad de
este instante
que quizás sea el último pulso que me
quede de vida.
Tengo mucho miedo a perderte o
compartirte,
O que, al hacer el amor, halle
huellas en tu piel,
yo te suplico que en tu vida sea tu
único corcel,
y con paciencia infinita modelarte y
esculpirte.
Por eso en las noches, vestido de
cantos y poemas,
construyo cada nota y cada verso que
te reclama
y llegas hasta mi ataviada de luz y
de llamas
y esa noche me alumbras y también me
quemas.
Y luego amor, demuéstrame todo tu
entusiasmo,
libera esta dulce unión de tácticas y
frenos,
quiébrense nuestros labios en
relámpagos y truenos
hasta culminar la sima en el fuego
del orgasmo.
Jesús Quintana Aguilarte.
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