Guerrero de
paciencia.
Me sumo a los
recuerdos de pasadas urgencias,
sentado en el frío banco de nuestra bella plaza
y pienso que
este amor marcó la diferencia
como hierro
candente, como canción de infancia.
Soy guerrero de
paciencia buscando estabilidad
con los brazos
extendidos anhelando tu calor
circúndeme tu
abrazo, rócenme tus caderas
para que pueda
ser dueño de tu precioso amor.
Con deseos muy
profundos he vagado al acecho
del momento
oportuno de vencer al indomable
al odio, la vanidad,
los celos tan detestables
para que puedas
sentir los latidos en mi pecho.
Te he visto en
otra vida y pienso que no es muy tarde
que juntos
crucemos bosques, las ciudades y los puentes
tú la más
hermosa flama que sobre mi pecho arde
y yo orgulloso me
exhibo paseandote entre las gentes.
Si cada noche tú
llegas a través de mi ventana
te prometo que
he de amarte hasta llegar la mañana.
Jesús Quintana
Aguilarte
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