Unidos y para
siempre.
Yo he escuchado
ese latido mujer y lo interpreto,
y sé que emana
de nosotros, es nuestro lenguaje,
pero no estamos
en solitario escucho tu mensaje,
que allende el
mar llega a mí en forma de soneto.
Tú eres feliz,
siempre me lo has dejado muy claro,
y sabes que amo
tus palabras como tú me las dices
sin nada de
maldad, ni celos, ni odios, ni barnices
solo páginas
escritas que nuestras vidas enlazaron.
Y yo también lo
supe y aún leerte me desconcierta,
porque no solo
es verbo es también dulce poesía
un Alma Gemela,
una amiga fiel y sin una oferta,
que ha llegado a
llenar con amor mi alma vacía.
Desde entonces
amiga nuestras noches son eternas,
y nuestras
letras de amor para siempre se fundieron,
hemos recreado
la vida con duetos que florecieron,
embelleciendo el
paisaje con rosas sempiternas.
Y hemos sido
canción, fruto, luz del mediodía,
engranaje de una
historia sin un final aparente
la simiente de
una estirpe que aún florece día a día
tratando de
alegrar un mundo que nada contracorriente.
Somos dos rayos
de luz que trascienden el paisaje,
exponentes
respetuosos de la música y de la rima
dos almas que
unimos letras sin importar el linaje
y que entre
cantos y versos una a la otra se anima.
En realidad, no
hay ven ni voy, solo existe el vamos,
Y al unir
nuestras letras la soledad derrotamos.
Jesús Quintana
Aguilarte.
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