Estar contigo
Alzas de pronto tu mano protectora,
sacando un pequeño zarcillo de mi pelo.
mirándome de pronto en aquella hora,
como soy en realidad, como te quiero.
Así te gozas sonriéndole a la brisa,
esa que atraviesa todo continente,
dueño sereno de la luz, portal, cornisa,
eterno vendaval desde el amor viviente.
Estás entre mis muros que otrora han caído,
simulando acaso la soledad postrera.
No ves que por tu amor, lejanos, detenidos,
esfuman la tristeza en claridad certera?
Elévate entre sueños y sueña todos ellos,
en infinita lluvia de claras cercanías,
atesorando tiempos tan claros y tan bellos,
que eleven en su tiempo las almas y sus rías.
Así, tan suavemente, tu mano se ha posado
tan mágica y casual entre mi propia vida,
así, tan ciertamente tus labios han sellado,
la sombra de los míos en claridad sentida...
María Marta Britos
Sería un sueño estar contigo.
Ese pequeño zarcillo es causa de mis desvelos,
me provoca loco antojo de quitarlo con mi boca
y utilizando mis manos acariciarte los cabellos
dando riendas sueltas a las ganas que en mi provocas.
me provoca loco antojo de quitarlo con mi boca
y utilizando mis manos acariciarte los cabellos
dando riendas sueltas a las ganas que en mi provocas.
Sí, sueño con ser el dueño de la luz de tu cornisa,
y como un vendaval buscarte en el continente
para llevarte mil rosas y perfumando la brisa
darle celos en el mundo a todos los seres vivientes.
y como un vendaval buscarte en el continente
para llevarte mil rosas y perfumando la brisa
darle celos en el mundo a todos los seres vivientes.
No sé porque tus muros los está empujando el viento
a los que con valor siempre les he plantado cara
ves que por nuestro amor siguen firmes los cimientos
y la luz que hay en tus ojos por el cielo se dispara.
a los que con valor siempre les he plantado cara
ves que por nuestro amor siguen firmes los cimientos
y la luz que hay en tus ojos por el cielo se dispara.
Nos elevaremos juntos, sin secretos, ya eres mía,
lo que siempre tu has sabido sin que yo te lo dijera
el ritmo de tu corazón, las palabras, las poesías,
tus ojos, tu dulce sonrisa y el calor de tus caderas.
lo que siempre tu has sabido sin que yo te lo dijera
el ritmo de tu corazón, las palabras, las poesías,
tus ojos, tu dulce sonrisa y el calor de tus caderas.
Tengo las manos prestas de caricias y en temblores,
no tan mágica y casual, más bien llenas de impaciencia,
son dos labios que han sellado el amor dando clamores,
acunados y abrazados en ráfagas de mutua complacencia.
no tan mágica y casual, más bien llenas de impaciencia,
son dos labios que han sellado el amor dando clamores,
acunados y abrazados en ráfagas de mutua complacencia.
Jesús Quintana Aguilarte.
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