Cuando me abrazas.
Claro que me doy cuenta, siento el alivio,
que me libera el alma,
y eso solo sin verte, escuchando tus palabras.
Ese hola, que me cala hasta los huesos,
amoroso y lleno de alegre sabiduría
como bálsamo calentándome el pecho
como no darse cuenta, si estoy despierto.
Me doy cuenta que sin ti, vuelo vacio,
pues las letras y alas que compartimos
nos sosiega, nos alienta, nos da calma,
me doy cuenta de que tenemos unidas las almas.
Sí, te veo más clara en la distancia bella amiga,
y no importa ni el cansancio ni la fatiga.
Navegaré en la luz hasta tu puerto,
sobre las olas del mar y el viento que arrulla,
bajo los dedos múltiples del tiempo.
Factores atmosféricos, un mar desierto,
que tronarán, apagarán o aúllan
más yo te abrazaré con mi aliento.
Jesús Quintana
Aguilarte
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