Cuenta conmigo.
Si alguna vez, un tropiezo, un dolor, alguna causa,
son motivos suficientes para envolver la tristeza
descúbreme entre tus rosas celosamente guardadas…
desempolva mis palabras olvidadas
descúbreme dentro tuyo, entre tus penas.
Si te sientas una noche, en un brindis solitario,
levantas tu copa en plata, desde la Luna vestida
y sientes por tus mejillas el rocío de una lagrima,
toma otra copa mirando la estrella desconocida,
descubriéndome allí, para brindar con tu alma.
Si buscas ese refugio tantas veces soñado,
y nadie te espera en el, dejándolo solitario,
si acudes a los parajes conocidos en amores
que te niegan de su verbo, inesperados colores
voltea tu rostro al mío, que en sueños ha despertado.
Si te faltara un tiempo, un espacio, un firmamento,
un rincón simplemente ha de bastarme por cielo,
un bastión de melodías, una brisa por tu anhelo,
una caricia que roza de tu querer el abrigo,
y te acaricia al decirte, “Amado, cuenta conmigo”
Maria Martha Britos.
“Sabes que cuento
contigo”.
Los motivos que me
arropan no guardan dolor alguno
para que celosamente
sienta yo alguna tristeza
tus palabras en mi mente
viajan con libre albedrío
como el aroma de rosas
que flota con delicadeza.
Yo he levantado mi copa
pero nunca en solitario
lo hago en noches
calladas, cuando la Luna es más bella
bebo el néctar de las
flores como un vino imaginario,
hasta el fondo de mi
copa porque siempre estás en ella.
Sabes que busco un
refugio porque lo hemos platicado
que antes de encontrarte
a ti estaba siempre en solitario
con amores de momento y
promesas como plagios
con hambre de letras,
pesares y tristes itinerarios y
ahora se hizo el
milagro, pues al fin he despertado.
Sé que no me faltará
espacio en tu firmamento
que con un simple rincón
ha de bastarme mi cielo
una canción de mañana y
mi pecho como abrigo
porque estoy seguro
sabes, ¡Que siempre cuento contigo!.
Jesús Quintana
Aguilarte.
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