Tengo una
pregunta.
No quisiera
haber sido quien he sido,
sino el hombre
que habita en tú memoria
no conocí mi
pasado, solo que fui elegido,
para convertir
la desilusión en una victoria.
Escucho crecer
la hierba cuando pasas,
la belleza de tu
pie que no hace huella,
tan reluciente tu
alma que transvasas
a mi avidez tu
encanto de doncella.
El aire te abre
espacios y los sonidos,
amortiguan el temblor
y tus vibraciones,
pero la luz que
fluye altera mis sentidos
captando tus
contradictorias sensaciones.
Tengo amor para
dar, a manos llenas,
versos de leche
y miel, lúbricos tactos,
los he ofrecido
en fiestas y verbenas,
pero nadie los
acepta, están intactos.
Tengo cantos de
ruiseñores y una pregunta,
¿Por qué mujer,
no llamas a mi puerta?
Jesús Quintana
Aguilarte.
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