Nada nos queda ya de lo que un día fuimos,
amantes en sí mismos nativos o extranjeros,
que hoy sólo fueron tristes sueños pasajeros
perdiendo todo lo que en su día construimos.
amantes en sí mismos nativos o extranjeros,
que hoy sólo fueron tristes sueños pasajeros
perdiendo todo lo que en su día construimos.
Yo voy descansando sobre el hombro ajeno,
sufriendo una soledad muy triste y dolorida,
como incesante manantial que fluye sereno
de la misma fuente que nos otorgó la vida.
sufriendo una soledad muy triste y dolorida,
como incesante manantial que fluye sereno
de la misma fuente que nos otorgó la vida.
Y al final en mí vas, en ti estoy, íntimo lazo
un refugio en ruinas, de dos vidas destruidas,
somos invulnerables al contacto de otro abrazo,
y viendo al fin la galera del amor hundida.
un refugio en ruinas, de dos vidas destruidas,
somos invulnerables al contacto de otro abrazo,
y viendo al fin la galera del amor hundida.
De ti escuché amor el más hermoso de los cantos,
pero hoy solo oigo del negro cuervo los graznidos;
y he visto extenderse el triste y silencioso llanto
dejando a un lado el alborozo en flor de los sentidos.
pero hoy solo oigo del negro cuervo los graznidos;
y he visto extenderse el triste y silencioso llanto
dejando a un lado el alborozo en flor de los sentidos.
Ya no queda vida en los surcos de ilusión que planto,
sólo cosecho en primavera los frutos corrompidos,
por eso hoy sacudiré de mi espalda este bagaje,
y alejándome de ti pisarán mis pies otros paisajes.
sólo cosecho en primavera los frutos corrompidos,
por eso hoy sacudiré de mi espalda este bagaje,
y alejándome de ti pisarán mis pies otros paisajes.
Jesús Quintana Aguilarte.
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